Mientras las tensiones del conflicto de Gaza repercutían en toda la región, Blinken y Abbas también discutieron los esfuerzos para restablecer la calma en Cisjordania y poner fin a la violencia extremista contra los palestinos, según un comunicado del Departamento de Estado. Los ataques militares israelíes y los ataques mortales de colonos israelíes armados en Cisjordania han aumentado desde la incursión de Hamás el 7 de octubre.
Millones de palestinos viven bajo la ocupación israelí en Cisjordania, y Blinken describió la violencia extremista contra ellos como “una gran preocupación” para Estados Unidos.
La organización de Abbas, la Autoridad Palestina, es rival de Hamas, que la expulsó de Gaza mediante un violento golpe de estado en 2007. Abbas ha abogado durante mucho tiempo por la creación de un Estado palestino junto a Israel, y las fuerzas de seguridad palestinas bajo su liderazgo han trabajado estrechamente con Israel arrestará a activistas palestinos.
Hay indicios de que si Hamas es derrotado, la Autoridad Palestina podría desempeñar un papel en Gaza. Después de la reunión del domingo, un alto funcionario del Departamento de Estado, que habló bajo condición de anonimato, dijo que Blinken había dejado claro que Estados Unidos creía que la Autoridad Palestina debería desempeñar un papel central en el seguimiento de los acontecimientos en Gaza.
Abbas, sin embargo, no ha condenado públicamente los ataques de Hamás del 7 de octubre, en gran parte por temor a inflamar los sentimientos de los palestinos, entre quienes es profundamente impopular. Pidió de manera más general un alto el fuego y la protección de los civiles palestinos.
Blinken y Abbas hablaron por última vez hace tres semanas en Ammán, días después de los ataques de Hamas.
Durante su viaje a Bagdad el domingo, el secretario de Estado se reunió con el primer ministro iraquí, Mohammed Shia al-Sudani, en lo que equivalió a una muestra de apoyo.
Bagdad fue la última parada de un viaje por la región destinado a contener las consecuencias de la guerra entre Israel y Hamás. Una de las principales prioridades de la administración Biden ha sido disuadir a Irán y sus representantes –particularmente Hezbollah, el grupo armado que controla áreas del Líbano a lo largo de la frontera norte de Israel– de entrar en la contienda.